- Víctima denuncia que fue golpeada, robada y trasladada en su propio vehículo; escapó descalzo, en pijama y aún con los lazos que lo mantenían atado.
Otumba, Estado de México. -
Durante la madrugada de este viernes 8 de agosto, un hombre de 34 años fue víctima de robo y privación de su libertad. Según su propio testimonio, sujetos armados ingresaron a su domicilio ubicado en el municipio de Teotihuacán donde lo sometieron con lujo de violencia, le robaron una pantalla.
Luego de forcejeos fue obligado a entregar las llaves de su vehículo un Chevrolet Onix azul, modelo 2000 y durante varias horas fue trasladado por distintas rutas, golpeado en varias partes del cuerpo —incluido un fuerte impacto en el cráneo— y amenazado de muerte. Finalmente, sus captores lo llevaron a una zona apartada, oscura y rodeada de cerros, donde lo ataron de pies y manos y lo dejaron solo, no sin antes advertirle que permaneciera inmóvil. "Me dijeron que me quedara ahí, que no hiciera nada", relató con voz entrecortada.
El silencio de la madrugada le hizo pensar que ya no había nadie cerca. Con esfuerzo, logró soltarse de los lazos que lo mantenían cautivo. Vestía una pijama verde con cuadros degradados en color negro, estaba descalzo y solo contaba con su instinto de supervivencia para guiarse. En la mano derecha, mientras narra su historia, todavía porta los lazos con los que fue sujetado.
Luego de caminar varios minutos en penumbras, llegó al centro de la comunidad de San Marcos Tlaxuchilco, donde pidió auxilio a los vecinos. Ellos alertaron a la policía municipal y solicitaron una ambulancia. Paramédicos confirmaron que su estado de salud era estable, aunque presentaba múltiples golpes.
Con su testimonio, las autoridades implementaron un operativo para tratar de localizar a los responsables, aunque hasta el momento no se reportan detenciones. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México abrió una carpeta de investigación para esclarecer los hechos.
La víctima permanece bajo resguardo, mientras en la comunidad crece la preocupación por el aumento de la violencia y la operación impune de grupos delictivos en la región.
El lugar de cautiverio, según pudo saber más tarde, era una construcción en obra negra ubicada cerca de la comunidad de Buenavista en un lugar conocido como “Rancho de las Papas”, a un costado de la carretera San Marcos–Buenavista en el municipio de Otumba, Estado de México.
