- Esta experiencia no solo fue un homenaje al conocimiento prehispánico, sino una invitación a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo
Teotihuacán, Estado de México.- El cielo sobre Teotihuacán se convirtió en un puente entre el pasado y el presente. Décenas de personas de todas las edades llegaron hasta la zona arqueológica para presenciar un fenómeno único: la alineación de siete planetas, un evento astronómico que no volverá a ocurrir hasta el año 2492. Bajo la guía de los arqueoastrónomos Ismael Arturo Montero y Aarón Uriel González Benítez, los asistentes exploraron este espectáculo cósmico a través de telescopios y relatos que entrelazaron ciencia y herencia ancestral.
El encuentro, realizado en el mirador del Museo de Murales Teotihuacanos, permitió revivir la conexión que las culturas mesoamericanas tenían con los astros. Aarón González, destacó que la arquitectura de Teotihuacán es un reflejo de su cosmovisión: “Sus edificios, orientaciones y murales no solo honraban a los dioses, sino que funcionaban como calendarios y mapas celestes”, explicó, tras años de mediciones que confirman este vínculo entre tierra y cielo.
Ismael Montero, por su parte, enfatizó que eventos como este “nos recuerdan que la observación astronómica fue clave para la agricultura, la ritualidad y la organización social de las antiguas civilizaciones”. Los telescopios instalados permitieron apreciar detalles de planetas como Júpiter, Saturno y Marte, mientras los expertos narraban cómo estos mismos cuerpos celestes fueron estudiados por los teotihuacanos.
Esta experiencia no solo fue un homenaje al conocimiento prehispánico, sino una invitación a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo. “Hoy, como hace siglos, el cielo sigue uniendo a las personas en torno al asombro”, concluyó González.
El evento reforzó la importancia de Teotihuacán como patrimonio científico y cultural, demostrando que sus piedras milenarias aún guardan secretos cósmicos por develar.