Protege a los grandes felinos: Conoce el esfuerzo para rehabilitar tigres y leones rescatados

• En medio de una situación que ha dejado 800 muertos, más de 930 personas privadas de la libertad y más de dos mil empleos perdidos, el rescate y bienestar de los animales queda de lado o en el olvido.

Ciudad de México.- Desde que se desató la ola de violencia en Sinaloa el pasado 9 de septiembre de 2024, la Unidad de Rescate Ostok, en colaboración con la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), ha logrado rescatar a once grandes felinos que hoy se encuentran bajo custodia en el Santuario Ostok. Estos animales, entre los que se encuentran leones africanos y tigres de Bengala, fueron rescatados en medio de balaceras, abandono y condiciones deplorables, y ahora reciben cuidados intensivos para su rehabilitación.

Ernesto Zazueta, presidente de Ostok y AZCARM, detalló que los felinos rescatados incluyen cuatro leones africanos de entre 6 meses y 3 años de edad, tres tigres de Bengala blancos adultos y cinco tigres de Bengala jóvenes. Aunque ya se encuentran estables, su recuperación ha requerido una inversión mensual de más de 300 mil pesos, destinados a alimentación, medicamentos, atención veterinaria y cuidados especializados.

“Cada felino consume alrededor de 6 kilos de carne y pollo al día, lo que suma 180 kilos mensuales por animal. Además, necesitan vitaminas, tratamientos preventivos y supervisión las 24 horas del día”, explicó Zazueta. El costo mensual por ejemplar ronda los 28 a 30 mil pesos, un esfuerzo que hasta ahora ha sido financiado con recursos propios de las organizaciones.

El primer rescate ocurrió en septiembre, cuando Tita, una tigresa de Bengala, fue encontrada amarrada a un árbol cerca de un jardín de niños en el municipio de Elota. Desde entonces, los rescates se han sucedido casi cada quince días, con animales hallados deshidratados, desnutridos y altamente estresados por los enfrentamientos y el abandono.

Al llegar al santuario, los felinos son puestos en cuarentena en espacios al aire libre equipados para su rehabilitación. Una vez recuperados, pasan por un proceso de adaptación para integrarse a manadas de su misma especie en semilibertad. Sin embargo, Zazueta lamentó que las autoridades ambientales, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), no brinden apoyo ni supervisión a estos esfuerzos.

“Estos once felinos se suman a 50 más que hemos rescatado en los últimos dos años. Lamentablemente, el gobierno ya no tiene espacios para resguardarlos, y nos los dejan a nuestra suerte”, afirmó.

Zazueta hizo un llamado urgente a las autoridades federales y locales, así como a empresas con programas de responsabilidad social, para que apoyen económicamente estos rescates. “En medio de una crisis que ha dejado cientos de muertos, familias desplazadas y empleos perdidos, los animales quedan en el olvido. Pero no podemos normalizar la violencia, que comienza con el maltrato animal y la explotación de nuestros recursos naturales”, subrayó.

El santuario continúa respondiendo a los llamados de emergencia, pero Zazueta advirtió que, sin apoyo adicional, será cada vez más difícil mantener estos esfuerzos. “Mientras la violencia siga devorando a Sinaloa, los animales seguirán siendo víctimas de una guerra que no entienden ni pueden evitar”, concluyó.

Este caso resalta la importancia de proteger a la fauna en medio de conflictos sociales y la necesidad de una mayor colaboración entre organizaciones, autoridades y la sociedad para garantizar el bienestar de las especies vulnerables.