Día Mundial de la Ciencia: herramienta para la paz, el desarrollo y la inclusión social

• Nuestra forma de comunicarla debe cambiar, porque los jóvenes se enteran de lo que pasa en la actualidad mediante las redes sociodigitales, enfatiza Marcela Amaro Rosales

Ciudad de México.- En el marco del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, que se conmemora cada 10 de noviembre, destacó la directora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Marcela Amaro Rosales. el papel de la ciencia como una herramienta esencial para el progreso social, económico y medioambiental. En palabras de la académica, el conocimiento científico no solo ayuda a reducir brechas sociales, sino que además empodera a las comunidades y responde a desafíos globales, tales como la pobreza, la desnutrición y la seguridad alimentaria.

La doctora Amaro Rosales, experta en Ciencias Sociales con especialidad en Economía y Gestión de la Innovación, enfatizó la necesidad de acercar la ciencia a la vida cotidiana de la población. La construcción del conocimiento científico, señaló, es un proceso colaborativo y social que implica la interacción de personas con la naturaleza y con los procesos que la rodean. "La ciencia es un sistema social que necesita de diversas disciplinas para resolver problemas complejos, como el agua o el cambio climático", subrayó.

Sin embargo, para la coordinadora del Seminario de Estudios Interdisciplinarios sobre Ciencia, Tecnología e Innovación en el IIS, la ciencia aún enfrenta el reto de hacerse visible y comprensible para la sociedad. Amaro Rosales destacó que uno de los aspectos positivos de la reciente pandemia de COVID-19 fue la visibilidad que adquirió la ciencia, a través del desarrollo de vacunas y la necesidad de transferir conocimientos a procesos de fabricación y comercialización. "Fue una muestra de cómo el conocimiento científico responde a emergencias y cómo puede prevenir y mitigar futuras crisis", afirmó.

La doctora alertó también sobre el impacto negativo de la desinformación, como los movimientos antivacunas, que van en contra de décadas de avances en salud pública. Resaltó que la ciencia debe comunicarse de manera continua y accesible, usando incluso plataformas sociodigitales como TikTok, para llegar a los jóvenes. Además, planteó la importancia de una ciencia inclusiva, que incorpora a diversos grupos sociales en la búsqueda de soluciones y promueva un modelo de desarrollo sostenible y equitativo.