Combatir la Violencia Escolar desde la Cultura del Buen Trato
Ciudad de México.- La violencia escolar, señal de una sociedad fracturada, demanda una respuesta urgente, de acuerdo con académicos de la UNAM. Es esencial promover la tolerancia y el respeto para contrarrestar este fenómeno que afecta a la comunidad educativa. Según Lorena Irazuma García Miranda, de la FES Zaragoza, es imperativo comprender y enseñar que la defensa de los derechos no justifica el uso de la violencia. Enfatiza que todos somos responsables de construir una sociedad libre de violencia.
El acoso escolar no es un problema exclusivo de la escuela, según expertos. Karla Cervantes Bazán, de la Facultad de Psicología de la UNAM, apunta que los patrones de maltrato y dominación que se reproducen en las aulas tienen su origen en otros espacios sociales. Se subraya que tanto las víctimas como los agresores enfrentan situaciones de riesgo y necesitan apoyo emocional y asertividad.
Los datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022 revelan la magnitud del problema en México. Un 28% de los estudiantes reportó haber sido víctima de acoso escolar en el último año, con diversos tipos de agresiones, desde burlas hasta violencia física. Este panorama evidencia la urgencia de abordar el problema de manera integral y efectiva.
La cultura del buen trato se presenta como una solución crucial. Es fundamental que docentes, padres y adultos en general promuevan un ambiente de respeto y apoyo emocional en las escuelas. Se destaca la importancia de trabajar la regulación emocional y la identificación de emociones tanto en las víctimas como en los agresores, para fomentar la expresión emocional y la resolución pacífica de conflictos.
Los expertos coinciden en que las escuelas deben ser espacios donde se fomente la diversidad y se celebre la convivencia respetuosa. Se enfatiza la necesidad de promover valores como la tolerancia y la reciprocidad, así como de ofrecer apoyo psicológico tanto a las víctimas como a los agresores. La prevención del acoso escolar requiere un esfuerzo colectivo y continuo para construir comunidades educativas seguras y respetuosas.