La importancia de una contraseña robusta y única en la protección de datos personales
Ciudad de México.- Contar con una contraseña sólida, única y que incorpore números, letras mayúsculas y caracteres especiales constituye el primer paso para salvaguardar las cuentas y los datos personales.
La importancia de cambiarlas regularmente es tan significativa que en los Estados Unidos se ha designado un día específico en el calendario, el Change your password day, celebrado cada 1° de febrero, con el propósito de resaltar y sensibilizar sobre esta práctica esencial. ESET, una empresa líder en la detección proactiva de amenazas, proporciona orientación sobre la frecuencia adecuada para cambiar las contraseñas, así como los pros y los contras de hacerlo periódicamente, destacando que no existe una regla general para abordar esta cuestión.
Las contraseñas funcionan como la llave de acceso a nuestra vida digital, ya sea en redes sociales, cuentas bancarias u otros servicios que almacenan datos personales o información sensible. Es fundamental adoptar el hábito de utilizar contraseñas sólidas y únicas, especialmente en una era donde la mayoría de nuestras actividades se realizan en línea. La modificación regular de estas contraseñas es esencial, sobre todo si se trata de contraseñas simples de menos de 7 caracteres, que podrían ser vulneradas por ciberdelincuentes en cuestión de segundos. La actualización periódica debe ser una prioridad.
La protección de recursos e información frente al acceso no autorizado adquiere mayor relevancia en el contexto de los ciberataques, donde los delincuentes dedican tiempo y esfuerzo a encontrar nuevas formas de acceder a información personal o dinero. Con el uso de software, los ciberdelincuentes pueden descifrar contraseñas simples en segundos, incluso más rápido que leer una línea de texto.
La frecuencia con la que se deben cambiar las contraseñas varía según su complejidad. Por ejemplo, una contraseña de 10 caracteres que solo incluya letras mayúsculas y minúsculas debería cambiarse mensualmente, mientras que si se agregan números, podría hacerse cada seis meses, y si también se incluyen símbolos, anualmente. Sin embargo, esta frecuencia depende del tipo de contraseña y su nivel de seguridad.
Además de actualizar periódicamente las contraseñas, existen otras prácticas importantes para proteger los datos personales y el dinero del cibercrimen, como el uso de contraseñas robustas, el almacenamiento seguro de las contraseñas y la implementación del doble factor de autenticación (2FA), que añade una capa adicional de seguridad contra diferentes tipos de ataques.